DMA y DSA: El enfrentamiento europeo al poder de las grandes plataformas digitales

La Unión Europea, en 2022, adoptó dos importantes marcos regulatorios para enfrentar el creciente poder de las grandes plataformas tecnológicas: la Ley de Mercados Digitales (Digital Markets Act, DMA) y la Ley de Servicios Digitales (Digital Services Act, DSA). Ambas normativas, que comenzaron a aplicarse en 2023, representan un esfuerzo conjunto para adaptar la regulación europea a los desafíos del entorno digital actual, donde unas pocas empresas ejercen un control desproporcionado sobre los mercados y la información en línea.

Ley de Mercados Digitales (DMA)

El objetivo principal de la DMA es promover la competencia justa en el mercado digital. Se dirige a las grandes plataformas, conocidas como “guardianes de acceso” (gatekeepers), que controlan puntos clave de acceso a los usuarios en el ecosistema digital, como las tiendas de aplicaciones, los motores de búsqueda o las redes sociales. Estas plataformas, debido a su tamaño e influencia, pueden establecer las reglas del juego de manera que favorecen sus propios servicios y sofocan la competencia.

Definición de “Guardianes de Acceso”

La DMA establece criterios específicos para identificar a estos guardianes de acceso, que incluyen factores como:

  • Una capitalización de mercado superior a los 75 mil millones de euros.
  • Más de 45 millones de usuarios activos mensuales en la UE.
  • Control de una plataforma esencial que sirva de intermediario entre empresas y usuarios.

Obligaciones y Prohibiciones

Las plataformas que cumplen con estos criterios deben cumplir con una serie de obligaciones, tales como:

  • Permitir a los usuarios desinstalar aplicaciones preinstaladas.
  • Garantizar que las empresas puedan acceder a datos clave generados a través de la plataforma para mejorar la interoperabilidad.
  • Prohibir prácticas como la auto-preferencia de sus propios productos en los resultados de búsqueda.

El incumplimiento de estas reglas puede conllevar sanciones severas, incluidas multas de hasta el 10% de la facturación anual global de la empresa infractora.

Ley de Servicios Digitales (DSA)

Por otro lado, la DSA tiene como propósito principal crear un entorno digital más seguro y transparente, protegiendo a los usuarios de contenidos ilegales y asegurando que las plataformas sean responsables del contenido que distribuyen. Esta ley introduce normas claras sobre cómo deben gestionarse los servicios digitales, desde las redes sociales hasta los mercados en línea.

Principales Implicaciones

La DSA se aplica a una amplia gama de servicios, pero impone obligaciones más estrictas a las plataformas de muy gran tamaño, que también se definen en función del número de usuarios y la importancia estructural de la plataforma en el mercado europeo. Entre sus disposiciones clave se encuentran:

  • La obligación de eliminar contenido ilegal de manera rápida y eficiente.
  • La transparencia en los algoritmos que determinan el contenido que ven los usuarios.
  • Mecanismos de control para evitar la desinformación y la manipulación política.
  • Mayor protección de los derechos fundamentales de los usuarios en línea.

El enfoque de la DSA es más amplio que el de la DMA, ya que se centra en la protección del espacio digital como un todo, mientras que la DMA se concentra en corregir las distorsiones de mercado.

El enfrentamiento al poder de las Grandes Plataformas

Estos dos marcos regulatorios europeos son una respuesta directa al creciente poder que ejercen unas pocas empresas tecnológicas en el ámbito global. Durante años, estas plataformas han operado con una capacidad de influencia sin precedentes sobre el flujo de información, las transacciones comerciales y la competencia. Los reguladores europeos buscan limitar esta influencia y devolver el control tanto a los consumidores como a las pequeñas y medianas empresas que operan en el entorno digital.

El caso de Europa es especialmente relevante dado que la región ha sido pionera en la defensa de los derechos digitales, como demostró con el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR). Con la DMA y la DSA, la UE continúa esta tradición, estableciendo un modelo regulador que, aunque aplicado localmente, podría tener repercusiones a nivel global. Al igual que el GDPR influyó en cómo las empresas tecnológicas gestionan la privacidad en todo el mundo, es probable que la DMA y la DSA marquen un estándar internacional para la regulación del mercado y los servicios digitales.

Un futuro más equilibrado para el Ecosistema Digital

La implementación de la DMA y la DSA representa un cambio significativo en la relación entre los Estados y las grandes plataformas tecnológicas. Si bien estas medidas aún se están poniendo en marcha, su impacto ya se está sintiendo en las empresas tecnológicas, que han comenzado a ajustar sus prácticas para cumplir con las nuevas normas. Las multas y sanciones previstas envían un mensaje claro: la era de la regulación pasiva ha terminado, y Europa está dispuesta a enfrentarse al poder desmesurado de las plataformas digitales.

El desafío que sigue será equilibrar la implementación de estas leyes sin sofocar la innovación. Las plataformas tecnológicas han sido responsables de gran parte del crecimiento económico digital, y cualquier regulación demasiado estricta podría inhibir ese dinamismo. Sin embargo, las autoridades europeas confían en que estas normativas no solo limitarán los abusos de poder, sino que también fomentarán un entorno más competitivo, justo y seguro para todos los usuarios de la economía digital.